viernes, 1 de junio de 2007

En muchas ocaciones nuestra vida, y por ende nuestra sociedad, está determinada a guiarse por el sentido común sin cuestionarse los actos, las situaciones, las intrigas, los problemas...
De esta forma, sin darnos cuenta vivimos la vida con un FORMATO, estamos por así decirlo predeterminados.
Es como si una fórmula exacta guiará nuestra vida y nosotros, la seguimos, la hacemos parte de nuestro diario vivir.



Encontremos el "sentido" a la vida...

No hay que vivirla mediante fórmulas pre-establecidas por la sociedad...

Hay que arriesgarse a innovar, a hacer cosas nuevas, pues...

"QUIEN NO SE ARRIESGA NO CRUZA EL RÍO
JAMÁS"...

El Sentido Común...

Todo lo que está dentro del saber y de la verdad absoluta pasa a ser seudoconocimiento, siendo éste entendido como aquello que está lejos de ser creído y aceptado de buenas a primeras, dando paso a la crítica y al cuestionamiento.

A diferencia del sentido común, que dentro de su obviedad no se cuestiona el porqué de las cosas, simplemente las hace, creyendo que es la forma correcta (porque la sociedad así lo estipuló).

Pero… (entramos a filosofar)
¿Si lo que creíamos correcto ya no lo es? ¿Si aquello por lo que luchamos ya no tiene sentido? ¿Si en realidad aquello que defendimos con tanto fervor no es más que una ilusión?

Para responder estas interrogantes nos hemos enfocado principalmente en el círculo familiar, y más específicamente en los valores que hay dentro de este grupo. Y es que en algún tiempo atrás la “familia” se concebía como “Relaciones Humanas Jerárquicas”, como lo muestra el siguiente cuadro:

HIJOS
MAMÁ
PAPÁ



Donde el padre representaba el punto más alto, seguido por la madre y en la parte inferior se encontraban los hijos.
Sin embargo, con el pasar del tiempo el paradigma antes concebido dio paso a otro que se basaba en la “Relaciones Humanas Horizontales”,, como lo muestra el siguiente cuadro:

PAPÁ / HIJOS / MAMÁ


Donde la característica principal de esta nueva concepción son lo lazos de afecto, y éstos prevalecen.

Las familias para convivir en armonía han establecidos diversas reglas o normas que van ligadas directamente con los valores, los cuales se han propagado dentro de la sociedad marcando pautas que generalmente (y en la mayoría de los casos), seguimos sin cuestionar si éstas son realmente válidas.

Pero… ¿Quién establece estos valores a seguir?
Según Protágoras, la posibilidad de lo que pueda ser considerado como verdad por algunos no lo es para otros, por lo tanto, nadie es dueño de la verdad, no porque algunos crean ciertas cosas serán éstas establecidas como correctas. Somos nosotros quienes damos sentido a nuestra realidad, ya que vemos sólo lo que nos interesa ver y desde allí construimos nuestra percepción.

Aún así, es inevitable no estar regido por conductas previamente establecidas, dentro del núcleo familiar nos encontramos con una serie de valores que se han transmitido de generación en generación, algunos de ellos son: el Amor, la confianza recíproca, la tolerancia, la verdad ante cualquier situación, el respeto y la moral (entre otros). Y es en este último punto donde queremos detenernos a filosofar:

¿Será la moral un pilar fundamental dentro de las relaciones humanas familiares? Siendo la moral un sustantivo tan subjetivo, que defiende las buenas conductas y costumbres por los individuos, desde este planteamiento nace otra interrogante: ¿Qué son las buenas conductas? Todo depende de lo que para mí sea “bueno”, porque quizás lo que para mí es algo noble, para otra persona lo mismo puede ser “malo”… Pero ¿Qué es malo?

La moral es normativa, porque establece las normas que determinan lo que es el bien y el mal. En otras palabras la moral establece lo que se debe y lo que no se debe hacer, lo que se permite y lo que se prohibe.

La sociedad, el mundo en general establece distintos principios morales que en el fondo de todos ellos buscan configurar y legitimizar dicha sociedad. La moral evita las “conductas malas” (según la sociedad), pero… ¿Qué ocurre cuando la moral se ve quebrantada?

La primera reacción de nuestro sentido común sería sancionar a la persona infractora o quebrantadora de las reglas sociales, sin detenernos si quiera preguntarle ¿por qué? ¿Por qué lo hiciste?

Según Rafael Echeverría, la filosofía no hace otra cosa que regular lo que se encuentra en la estructura del sentido común… Esta es, a la vez, la razón fundamental porque la filosofía les habla a todos, la filosofía es derivativa, el sentido común es primario…

Por lo tanto, al llevar esta frase a lo concreto hemos decidido centrarnos en una situación en particular: la infidelidad.
Si ubicamos la infidelidad dentro del sentido común que (teniendo la concepción del sentido común como visión primaria), bajo el supuesto que el infiel fuera el esposo, podríamos decir que éste vale poco o nada como ser humano, que no tiene respeto por los valores familiares, que ha pasado a llevar a su pareja, que no importa la causa de la traición ya que es un sin sentimientos que no tiene corazón y un sin fin de pensamientos que surgen en el momento y que se mantienen como visión general dentro de la sociedad porque siempre se ha visto así, y difícilmente se cambiará ese punto de vista, porque la construcción de nuestra realidad social desde que nacimos ya estaba predeterminada, establecida y formateada, por lo tanto, nadie cuestiona ni se reprocha si esos valores tienen real importancia.

Los planteamientos anteriores postulaban la visión primaria desde el punto de vista del sentido común, pero sin embargo, y tal como lo decía Echeverría: “La filosofía es derivativa del sentido común primario”, en base a esto analizamos la infidelidad del hombre desde el filosofar:

Primero que todo preguntamos ¿por qué? Ya que no podemos sancionar al hombre sin antes escuchar sus razones (en el sentido común como primera reacción se tiende a reprochar), podremos suponer que el hombre justificará su conducta diciendo que se acabó el amor, que todo se tornó rutina, que la mujer se preocupaba más de los hijos y que a él lo dejaba totalmente de lado, quizás su esposa ya no se arreglaba tanto como antes, que buscaba algo que llenara ese vacío, quizás otros más osados dirán que querían probar algo nuevo, en fin, podremos suponer muchas de sus respuestas, pero desde su percepción son totalmente válidas, aunque la sociedad no quiera admitirlo y se cierre en una visión egoísta de ver las cosas desde una perspectiva, debemos ser consecuentes y reconocer que cada uno es dueño de hacer lo que quiera con sus vida, es más, la sociedad siempre tiende a dar apoyo a las personas que sufren (las esposas), por lo mismo, la sociedad se sitúa en una posición de compasión, diciendo “pobrecita ella, si el marido la dejó por otra, hay que mostrarle nuestro apoyo para que no se sienta tan sola”, y si nos ponemos en el lado de la compasión no ganamos nada, absolutamente nada, ¿y entonces qué ganamos con hacer tanto alarde?

Seguramente si los religiosos hubiesen sabido que esto de la infidelidad dentro del matrimonio traería tantos problemas, más de alguno se hubiera cuestionado si en verdad estaba bien eso de “casarnos para toda la vida”, es más, si los gobiernos occidentales se hubieran cuestionado un poquito el tema de tener sólo una pareja legal, seguramente más de algún país liberal habría planteado la idea de copiar el estilo de vida oriental.

Todo se concibe en la mentalidad que tiene nuestra sociedad, una mentalidad que se deja llevar por el sentido común, una mentalidad que vive sin cuestionarse las cosas y que prefiere pasar tranquilo por la vida sin tener problemas. Si comparamos nuestra realidad con alguna de los países orientales, podremos darnos cuenta que todo radica en como construimos nuestra identidad, porque para nosotros los chilenos es inmoral tener más de una mujer, y para los orientales es lo más normal, y no se le mira con recelo, entonces…

¿Dónde queda la moralidad en el oriente? Más de algún chileno conservador podría decir: “Ah, lo que pasa es que ellos tienen una cultura diferente, miran el mundo de otra manera, sólo por eso los justificamos, pero en realidad eso esta mal”

Pero… ¿Quién afirma que son ellos los que están mal y no nosotros?
Desde pequeños sabemos lo que es bueno y lo que es malo, eso dado por el entorno en el que estamos insertos, según sea nuestra cultura y nuestros orígenes es la concepción de moral que tendremos, por ejemplo para nosotros es inmoral ser bígamo, no va con nuestra forma de vida, no con la forma de entender el matrimonio, pero para los hombres de oriente, esto no es así, ellos tienen mas de una esposa y no van por la vida cuestionándose si eso es moral o no, es más para su cultura es “valorable”, el hombre que tiene muchas esposas y las mantiene “contentas”.

Podríamos decir que una persona es moral o inmoral, según lo que se nos ha enseñado, pero, lo que la sociedad, el entorno nos dice que es ético, ¿lo es realmente?, pues si bien, ser una persona moral, nos hace libres, nos hace llegar a ser plenos y buenas personas, algunas veces, no siempre, por cumplir con esas “reglas” de buenas costumbres nos negamos a nosotros mismos dejamos de ser, en situaciones, por ser una persona valorada por el resto.

En fin, ¿Qué es la fidelidad para nosotros como sociedad?
Desde nuestra cotidianeidad, hablando de fidelidad dentro de la pareja, es respetar al otro, es ser leal con el otro, es no engañar, alguien es fiel si se mantiene con el otro en la adversidad y en la bonanza, y se es infiel cuando estando “comprometido” con alguien, se comparte eso que es de ese alguien con otro. Así vivimos normalmente, siendo fieles otros y nos sentimos bien así, porque ahí entra otro valor, que es el amor; cuando éste existe la fidelidad viene por añadidura y no representa ningún sacrificio, pero qué pasa cuando somos fieles solo por compromiso, cuando no existe amor verdadero.

¿Qué pasa cuando por ser morales para el resto, somos infieles con nosotros mismos? Por ejemplo, si una muchacha se enamora de la pareja de una amiga y éste a su vez de la muchacha, si ellos dieran rienda suelta a sus sentimientos, serian inmorales, porque abría traición, porque sabemos de antemano que no se puede, que no se debe involucrar sentimientos con las personas que están “ocupadas” y si estás “ocupado” no se debe sentir por otros, eso dice la norma ¿verdad? Pero somos animales de instinto y a veces los sentimientos no obedecen a la razón e irremediablemente sucumbes.

Entonces, si ser una persona fiel es moral y eso te hace libre, porqué si se presentan estas situaciones no se es libre, se niegan los afectos que deberían ser prioridad y en ese caso no se seria inmoral con uno mismo o con las personas involucradas, podríamos decir que si , pero hay veces que el ser sincero trae consecuencias desfavorables y es mejor negarse y estar en línea con lo que dice el “manual”, es mas simple ser honorable para el resto, que para si mismo, ya que es mas fácil seguir la normativa de la mayoría, que problematizarnos, creando nuestra propia idea de moral.

jueves, 24 de mayo de 2007

Y ahora qué??

SOMOS NOSOTROS QUIENES DAMOS SENTIDO A NUESTRA REALIDAD,
YA QUE VEMOS SÓLO LO QUE NOS INTERESA VER,
Y DESDE ALLÍ CONSTRUÍMOS NUESTRA REALIDAD...
"Los seres humanos
No perciben,
No ven,
sino que fabrican lo que quieren ver..."

jueves, 12 de abril de 2007

MOMENTOS DE REFLEXIÓN...

Artista: Mägo de Oz
Album: Folktergeist
Canción: Satania
Bienvenido a la nueva era,
a un mundo sin dolor,
sin amor, ni imaginación,
donde la lluvia sacia a un bosque
que no puedes ver
si no navegas por la red.

La hermana Luna se dejó de peinar
pues no encontraba el reflejo en su espejo, el Mar.

Alza la vista hasta
donde te alcance la razón,
podrás ver que el sol se marchó
montado en una nube
de carbono y gas letal,
fueron en busca de una flor.

Pues el hermano Sol
se cansó de alumbrar
alimentado por
un Disco Duro y una Terminal.

Oh, en Satania estás
tus pensamientos programados están.

Oh, aprieta el botón,
navega en mi mundo:
"deseos.com"

Constrúyete un paraíso,
un amante virtual,
mándale orgasmos por E-Mail.

Diséñate un beso tierno
o un gesto de amor,
abre un archivo y grábalo.

Compra un programa especial para llorar
donde, en las lágrimas, puedas elegir variedad.

Oh, en Satania estás,
tus pensamientos programados están.

Oh, aprieta el botón,
navega en mi mundo:
"deseos.com"

La voz de tu amo soy,
linkada a tu corazón,
te concedo Futuro, a cambio de tu Libertad.

INTEGRANTES:
NICOLE VÉLIZ.
BÁRBARA HUERTA.
PAZ FERNÁNDEZ.
MARÍA JOSÉ ELGUETA.
MAGALY OLIVARES.

miércoles, 28 de marzo de 2007

¿QUÉ VES?


Ideas...



Simplemente Yo, ha sido inspirada en un texto (prólogo) de André Compte - Sponville, que lleva por título: "Invitación a la Filosofía"


La idea de todo ésto es poder cuestionarnos y plantearnos ciertas interrogantes:

¿Quiénes somos?

¿Qué labor cumplimos en el mundo?

¿Por qué vivimos?

¿Cuál es la "Realidad" del mundo de hoy?


Somos nosotros quienes le damos sentido a nuestra realidad, ya que vemos sólo lo que nos interesa ver y desde allí construímos nuestra percepción.

SIMPLEMENTE YO...

I. ¿Sábes quién soy?
¿Ciencia? No.
¿Conocimiento alguno? No, ni cerca.
¿Algún saber? Respuesta errada.

II. Mi esencia es la Reflexión...
¿Sábes quién soy?

III. Pregúntate por tu pensamiento,
por tu cuestionamiento y el de los demás,
por la situación del mundo y de la sociedad.
y ahí estaré Yo, ayudándote a cuestionar
las cosas que en la vida puedan pasar.

IV. Es algo difícil filosofar,
porque debemos reflexionar.
¿De qué? De lo que sabemos,
de lo que vivimos y de lo que queremos.
¿Por qué? Pregúntate por qué.

V. ¿Otra pista?
Yo siempre voy de la mano con la Razón...
¿Aún no sabes quién soy?

VI. La mente humana es frágil,
a veces viene, a veces va;
se compara con una barcaza
en medio de la tempestad.
Yo soy el Faro,
mi luz a la barcaza debe guiar;
hacia el camino de la verdad
en un instante sin vacilar.

VII. Mi práctica es el pensamiento...
¿Mi identidad aún no es parte de tu conocimiento?

VIII. ¿Podrías alcanzarme?
Sólo sigue mi rastro y nada más,
No te canses de tanto buscarme,
Que pronto el pago tendrás.

IX. Me presento:
Mi nombre: Filosofía.
Apellido: Reflexión.
Edad: Siglos antes de tu existencia.
Nacionalidad: Universal.
Dirección: Para encontrarme sólo debes buscar
en algún rincón de tu mente,
y no dudes... Allí estaré presente.